José Alfredo Otero
Ciudad de México
El primer recuerdo que tengo de Clemente Álvarez, es un nacional de béisbol en Cantaura, estado Anzoátegui, al cual me llevó mi papá y donde Álvarez representaba su entidad natal junto con Jorge Ramos, quien a la postre también firmó y jugó con los “Turcos”, e incluso terminó jugando baloncesto con los Gaiteros del Zulia.
Lo otro que viene a mi mente de Clemente, es verlo lucir una chaqueta de blue jean en el terminal de Puerto la Cruz, antes de montarse a un autobús, con destino a Valencia, y despedirse por la ventana del bus, bajo la bendición de su madre Mercedes, sin saber en ese momento que lo llevaría por una travesía de nada más y nada menos de 19 años con los Navegantes del Magallanes, que lo convertiría en el “Eléctrico”, con más campañas jugadas hasta ahora con los “Bucaneros”.
El camino para alcanzar la titularidad en la receptoría navegante no fue fácil, ni muchos menos sencilla, tuvieron que pasar más de cinco años, esporádicas emociones como la de un domingo en la mañana en el estadio Universitario, cuando mi pana de crianza Carlos Enrique Weffe, cerca por donde entran los equipos y peloteros, le dijo estás en line up, y saliendo corriendo al club house a cambiarse, para enfrentar a los Tiburones de la Guaira, y la lesión del cátcher “Eddie” Taubensee, un sábado en el estadio “José Bernardo Pérez”, en una jugada en la goma, ante el eterno rival en el transcurso de la 92-93.
Desde entonces, Clemente, apareció diariamente en la alineación “Filibustera” y tan buena fue su labor que los “Marineros” clasificaron a una final, después de 13 años de sequía, y aunque no ganaron en esa oportunidad, Clemente, se mantendría en la receptoría navegante para la próxima campaña la 93-94, donde comenzó a enrumbar a la nave desde la posición número dos, no solamente a la clasificación al round robin, sino también a la final.
Como olvidar ese dos de enero de 1994, en el inicio de la postemporada en el parque de la ciudad universitaria ante los Leones del Caracas, cuando Clemente, “reventó” a Roger Cedeño, tres veces en intento de robo de la segunda base, para apoyar la victoria de los “Turcos”, quienes zarpaban positivamente la travesía en ese todos contra todos.
Es imposible también dejar de recordar como le bateaba Clemente a los melenudos, como se convirtió en un talismán de los “Eléctricos”, con las bases por bolas que sacaba para que los Navegantes, posteriormente anotaran carreras, como la segunda del cuarto juego de la final 93-94, cuando Clemente, negoció boleto, para que luego Amador Arias, anotara la rayita del desempate a uno y que sería diferencia, para empatar a dos la serie.
Tampoco puede dejar de venir a mi mente el bateo de Clemente en las finales, especialmente en la de la 95-96 ante los Cardenales de Lara y en la 2001-2002 versus los Tigres de Aragua, con jonrón incluido.
Magallanes ha tenido y tendrá muchos jugadores y receptores a lo largo de sus casi 100 años de historia, ninguno ha acumulado más campañas que Clemente y por el béisbol moderno y la actual situación personal de Endy Chávez, al parecer dicho registro se mantendrá por algunos años más.
Desde la zafras 2007-2008 y 2008-2009, escribí que los “Turcos” debían ser “tripulados”, por Carlos García o Clemente Álvarez, y si bien los números respaldan al “Almirante”, y Álvaro Espinoza, luzca quizá como su reemplazo propuesto si no alcanza el campeonato en la 2016-2017, y la forma como salió Clemente dela organización, por supuestamente tener dividido el equipo por querer ser manager, como me informó una fuente, espero que regrese a la nave, como lo hizo García, Edgardo Alfonzo, Espinoza, entre otros, y si es para dirigir mejor, luego de lo demostrado al final de la eliminatoria de la 07-08, cuando sustituyó en el mando a Alfredo Pedrique.
Y si no lo hace de esa forma, espero lo haga en cualquier cargo o para su exaltación al salón de la fama magallanero, lo cual es extraño no haya ocurrido hasta el momento de escribir estas líneas.
Foto: Desde el bullpen