José Alfredo Otero.
Ciudad de México.
Sin duda lo primero que me viene a la mente al pensar en Gregorio Machado, es su particular forma de hablar y su tono de voz, y hablando de sus palabras, como no recordar las “proféticas”, que les dijo al periodista lamentablemente fallecido, Luis Manuel Fernández, previo al quinto juego de la final de la campaña 95-96, entre los Cardenales de Lara y los Navegantes del Magallanes, las cuales pueden apreciar en el link del video a partir del minuto, con 19 segundos https://www.youtube.com/watch?v=vpRMgOKW0UA, “pero yo creo y estoy seguro que vamos a recuperar el campeonato”, el cual perdieron la temporada anterior (94-95), las cuales quizá ni el aficionado, fanático o seguidor «Turco», imaginó en ese momento se cumplirían, con razón dicen sabiamente “que no hay quinto malo”.
En el mismo link se puede apreciar a Machado “cochando”, desde la tercera base, con su icónico número “1”, en aquel inolvidable juego, también recuerdo a Omar Gregorio, quien se convirtió en nada más y nada menos que el primer manager venezolano campeón, con los “Turcos”, alzado en los hombros de Luis Raven, con la tradicional camisa gris de visitante con el nombre del Magallanes al frente en amarillo, y con borde azul, desaparecida últimamente de los uniformes que presentan año con año los “Eléctricos”, como debatí el domingo por Twitter, con los panas Carlos Enrique Weffe y José Carreño, justamente en el juego ante los larenses, en la celebración en Barquisimeto, estado Lara, y en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez, el octavo campeonato navegante, en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), como lo muestra una imagen del libro “Navegantes del Magallanes. La Travesía. 2da. Edición”, de los periodistas Emil Bracho y Giner García.
En el mismo texto está escrito lo siguiente: “Doy la vida por este club, gritó entre lágrimas el manager campéon Gregorio Machado, quien fue paseado en hombros por sus peloteros. Yo estoy en este puesto por una emergencia, yo soy coach y eso es lo que quiero seguir siendo. Esto de dirigir lo hice, incluso sorprendido porque no lo esperaba, por emergencia. Le dedicamos el triunfo a la familia de Tolman (Tim) y a todos los aficionados que nos acompañaron toda la temporada. Lo que más me gusta es que vinimos de atrás y contra todos pronósticos, dijo en medio de la efusividad al diario El Carabobeño”, aunque él mismo lo advirtió antes del quinto partido.
Y tan cierto es que “da la vida por este club”, que no solo regresó, por pedido de Carlos García, para la zafra 2009-2010, después de su sorpresiva salida de los “Bucaneros”, donde hasta dirigió a los Bravos de Margarita, sino que también lo volvió a hacer, con los “Filibusteros”, en la campaña 2010-2011, donde se recuerda la sustitución de Endy Chávez en el jardín central, por el joven de tan solo 16 años, en aquel entonces, Eduard Pinto, nada más y nada menos que mientras se gestaba un juego sin hit ni carrera, aquel de Anthony Lerew ante el eterno rival los Leones del Caracas el 21 de noviembre de 2010. Y la sigue dando hasta ahora, y todo indica que así será toda su vida.
Otras memorias que tengo en particular, con el señor Machado, son la de la espera que me hizo a las afueras del dogout de la izquierda del estadio Universitario, el cual utilizan los “Marinos”, cuando visitan a los Tiburones de la Guaira, en plena 97-98, con cara de bravo y sin palabras, para luego preguntarme en son de “regaño” ¿qué es eso? porque mi papá le contó que me había puesto un zarcillo, gracias a Dios Eddy Díaz, salió a mi defensa, al decir que “me dejaran tranquilo”, supongo porque él también usaba arete, como yo en esa época.
También está, cuando me reencontré, con él, esta vez en pleno terreno de juego del parque de la Ciudad Universitaria, pero del dogout de la derecha, cuando dirigía a los insulares en la 2008-2009, mientras visitaban a los “Melenudos”, yo cubría mi primera campaña de la LVBP, como periodista deportivo, para Vital 101.7 FM, de Guarenas, estado Miranda.
Pero el mejor reencuentro de todos fue el de la 2009-2010, en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia, en el primer juego como home club en su puerto en esa temporada, precisamente ante los crepusculares, contra quienes machado 15 años antes hizo historia, mismo lugar, donde nos vimos por última vez hasta ahora en el festival del fanático “Turco”, previo al arranque de la zafra 2014-2015, por lo cual espero los “Eléctricos”, alcen de nuevo otra copa Maltín Polar, y me pueda reencontrar con el señor Omar Gregorio, esta vez en Culiacán, México, durante la Serie del Caribe 2017, y que también me acompañe mi padre, como en aquellos encuentros del 97 y de 2014, y que el navegante también gane su tercer cetro Caribeño.
Foto: Mlstatic