José Alfredo Otero.
Ciudad de México.
Comienza noviembre, el mes 11 del año, mismo de grandes acontecimientos a lo ancho y largo de mi vida, como la prematura muerte de mi madre, de quien como escribió el mexicano Juan Villoro “heredé el adorado nombre de un equipo”, los Navegantes del Magallanes, también fue el mes en que me “lancé al agua”, por civil, como buen navegante, y “por último, pero no menos importante”, está el mejor día de mi vida, el nacimiento de mi hijo, justo un día antes del no hit no run de Antonhy Lerew, nada más y nada menos que ante el eternos rival, los Leones del Caracas, con razón Gustavo Cerati, cantaba “Ya lo sabes nada es casualidad”, en “El Rito”, de Soda Stereo.
Y siguiendo, con el nuevo mes que comienza hoy los “Turcos”, lo abren precisamente ante los Melenudos, en su astillero, el estadio José Bernardo Pérez, de la ciudad de Valencia, donde los “Eléctricos”, no solo buscarán enrumbar la travesía, como lo hicieron el año pasado, iniciando precisamente en casa versus los Cardenales de Lara, con ganado 6-5, que los llevaría a tener un mes en el que jugaron, para 14-7, que incluyó una racha de cinco triunfos en fila entre el cinco y el 11 de noviembre de 2015, insisto, con razón dicen que “no hay quinto malo”, y de tres victorias seguidas del 24 al 26, y que como comenzó, terminó, incluso se extendió, ya que vencieron en cuatro al hilo entre el 28/11 al dos de diciembre.
Otro dulce noviembre, como el título de la película, que una vez me recomendó mi colega Andreina Lisil, con quien solía hablar de béisbol y de sus adorados y amados Tiburones de la Guaira, y de los “Bucaneros”, es lo que necesitan los “Filibusteros”, para empezar a salir a flote en la tabla de posiciones que los lleve de nuevo a la cima y a puerto playoffs, una vez más, y que la clasificación sea como en la 2015-2016 y no, con tanto sufrimiento, como en la 2014-2015, y naque mejor que arrancarlo ante los Leones.
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