José Alfredo Otero.
Ciudad de México.
El primer recuerdo que tengo de Eddy Díaz, es estando sentado sobre el dogout de visitante del estadio Alfonso “Chico” Carrasquel, cuando el manager de los Navegantes del Magallanes de esa campaña 92-93, Rick Sweet, llamó a Díaz, para que se preparará, que iba a entrar a batear como emergente, primero la cara de Eddy, como buscando afirmación si Sweet, había dicho su apellido y después la misma de emoción al recibir la confirmación y como tomó un bate y comenzó a hacer swing.
Esa cara de Díaz, hizo que se me olvidará y pasará un poco el susto y el trauma del primer robo que sufrí en mi vida, en el terminal de Nuevo Circo, justo antes de que arrancará el autobús para Puerto la Cruz, un tipo saltó y me quitó una gorra original de los Mets de Nueva York (equipo que me gusta desde la Serie Mundial de 1986), la cual había comprado en pagos por partes en el medio del Boulevard de Sabana Grande, donde quedaban unas “minitienditas”, si mal no recuerdo ni me equivoco donde ahora es el Multicentro Empresarial del Este o cerca del mismo o donde ahora es el McDonald´s, que está o estaba e todo una esquina antes de bajar hacia el Hotel Gran Meliá Caracas y/o el centro comercial el Recreo, frente al Banco Mercantil y la estación del Metro de Caracas.
Aún me acuerdo de ese día del robo, eso es a veces lo malo de tener tan buena memoria, incluso todavía creo y sospecho que un chamo que vendía aguas, jugos y refresco, le avisó al ladrón, que menos mal gracias a Dios mi padre no alcanzó, no sé si para bien o mal del “Choro”, o de mi padre, aunque conociendo a mi progenitor, me inclinó, por el bien del hampón, porque era otra Venezuela, la del año 92, la de a pesar de “Por estas calles”, y la cuarta, muy, pero muy distinta y se queda corta, con la de hoy y la quinta, y mejor seguimos, con el tema deportivo porqué no me gusta mezclar el deporte, con la política, aunque considero que el deporte siempre ha derrotado, derrota y derrotará a la política.
Cachucha que me ayudó y llevó a comprar uno de mis panas de crianza Carlos Enrique Weffe, todavía recuerdo a la chica de cabello negro y rizos que nos vendió la gorra y eso que apenas tenía 11 años, aunque estaba entrando en plena adolescencia y pubertad, pero estoy seguro que mi pana “Cae”, como le decía su hermano menor Efraín, en la infancia, también la recuerda, en especial porque era más de su ring, como decimos en términos venezolanos, con permiso y mucho respeto, para la damas beisboleras que puedan leer esto.
No recuerdo que hizo Eddy, cuando emergió al bate, pero sí una jugada a la defensiva que hizo volando literalmente en el campo corto, pero el turno de Díaz, que sí recuerdo perfectamente, fue uno en tercer juego de la primera final ante el eterno rival los Leones del Caracas, en el estadio Universitario (parque especial para Eddy), partido el cual Díaz, abrió en detrimento de Edgar Naveda, titular en dos los primeros enfrentamientos, y que sin duda comenzó a cambiar la historia de esa serie y también inició el camino de Eddy, hacia el posterior creado salón de fama de los “Turcos”, donde Díaz, fue recientemente exaltado (19 de noviembre de 2016), con Alberto Parjus, quien murió durante el desarrollo de esa etapa decisiva, y a quien Tim Tolman, le dedicó ese campeonato durante la celebración del mismo, Juan Carlos Pulido (abridor del inolvidable sexto juego de esa disputa) y Oscar Henríquez.
Donde Eddy, conectó jonrón (https://www.youtube.com/watch?v=Ixg8OxdvMmM), también recuerdo su molestia, con Luis Raven, cuando hubo falta de comunicación entre ellos y Luis pidió una bola ante un elevado que lucía inofensivo en el quinto juego de la misma final, en el mismo Universitario y que después se quitó y la bola cayó, de igual forma viene a mí memoria la defensa que jugó Eddy en la tercera base en el sexto duelo de esa etapa.
También recuerdo cuando jugó las nueve posiciones ante Caribes en Puerto la Cruz en la 93-94, que mi tío José Jesús me dijo, en su apartamento del Paraíso “y ese homenaje a Eddy Díaz”, en referencia al retiro de Luis Salazar de los Tiburones de La Guaira, quien jugó las nueve posiciones en su partido de despedida de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), en diciembre de 1993.
De igual forma como se ganó el liderato de bases robadas en la temporada 94-95, superando a Miguel Cairo, también como Carl Everet, salió, con un bate a amenazarlo en broma, (aunque como que fue un preámbulo a lo que haría después en realidad en el estadio José Pérez Colmenares de Maracay, en partido ante los Tigres de Aragua, donde se subió a la tribuna a pelear, con un fanático), para que dejará de batear tanto en el Juegos de Estrellas de la LVBP en la zafra 95-96, jugado en su natal Barquisimeto.
Que escribir de sus brincos de celebración de tercera, para la goma, con los brazos alzados y aplaudiendo antes de anotar, con el inolvidable “grand slam”, de José Francisco Malavé, ante los Cardenales de Lara, en el quinto partido de la final de la campaña 95-96 (https://www.youtube.com/watch?v=gDPg-m_W_QM), también su jugadas en el quinto de la final, pero de la 96-97, otra vez ante los “Melenudos”, y en el parque de la Ciudad Unversitaria, para el segundo título seguido de los “Eléctricos”, segundo bicampeonato en su historia, y segundo ante su eterno rival:
https://www.youtube.com/watch?v=QwWaSsNpsmw
https://www.youtube.com/watch?v=nYBHvER39lQ
También recuerdo su ausencia del navegante, por haberse ido a jugar a Asia, su regreso, con aumento de peso y lentes, pero, con más poder ocasional, como volvió a “cazar” a los Leones, en otra final y otro uniforme, el de los Tigres de Aragua, como refuerzo felino en la 2004-2005, donde fue el jugador más valioso, y de nuevo un fly caído, pero esta vez a él y en el estadio José Bernardo Pérez, y donde el de la molestia, fue Carlos “El Tapón” Hernández, y no Díaz, como casi 12 años atrás.
Pero sin duda lo que más recuerdo de Eddy, fue como intervino por mí ante un regaño que me estaba dando Gregorio Machado, por haberme colocado un zarcillo, al decirle a él y a mi papá que me dejaran tranquilo por eso.
Foto: Pelota Binaria.