Mis ídolos magallaneros: Álvaro Espinoza

Lunes 16 de octubre de 2017.

Ciudad de México.

José Alfredo Otero.

ADN Magallanero.

Sin duda lo primero que me viene a la mente cuando recuerdo a Álvaro Espinoza, es su carácter de perro caliente como se conoce en el argot del béisbol, incluso hasta para firmar una barajita como me hizo por allá en plena 93-94 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), en el club house de la derecha del Universitario, tras un triunfo ante el eterno rival.

Carácter que ni siquiera pudo frenar la fractura de mandíbula que le causó Henry Blanco, en la pelea con Ugueth Urbina (https://m.youtube.com/watch?v=nWSVi-TwgZM) así como tampoco la fiebre que sufrió antes del séptimo juego de la final de esa zafra, mucho menos la fractura de un dedo del pie en plena instancia decisiva de la inolvidable final 95-96, tanto los magallaneros como para los cardenaleros, ni su bajada del barco de los Navegantes del Magallanes por la vía libre, para la 98-99, ni mucho menos su ausencia de los turcos luego de la 99-2000, donde fue coach de primera de Phil Regan, según leímos y recordamos del pana Raúl López, el año pasado, hasta su corto regreso en la 2016-2017, ya que hasta donde sé no le interesa otro cargo que no sea el de manager de los eléctricos.

Con respecto a lo último no es un secreto para nadie la intención de Álvaro de dirigir al equipo de sus amores, como en lo particular creí sucedería la campaña pasada, con la salida de Carlos García del timón navegante y en especial porque según el Almirante antes de la 2014-2015 en una entrevista para los Eternos Rivales, respondió que al compañero del título de la 93-94 a quien le dejaría el equipo sería a Espinoza.

Quizá el chance de dirigir a Álvaro no se lo han dado por decir las cosas como claras y como son, como el mismo comentó en una entrevista a Directv en la temporada 2013-2014.

No sé si Espinoza, sea buen o mal manager, para los bucaneros, eso sólo se sabrá hasta que le den la oportunidad, mientras tanto me quedó con los recuerdos de lo que hizo en los campeonatos de la 93-94, 95-96 y 96-97, en la ausencia de García, especialmente en el segundo y como le mandó a quitar las franelas de campeones a sus compañeros en el noveno acto del séptimo juego en Barquisimeto de aquella final, como me recordó en estos días el tocayo José Carreño.

También con su actitud y cara, desde el dogout de la tercera base del José Bernardo Pérez, durante el quinto juego de la final 95-96, cuando jugadores de Cardenales de Lara, le mostraban la champaña desde la cueva de primera base, el rostro y los sentimientos de Álvaro al respecto, pueden observarlo en parte del siguiente video:

Y en especial con esto, con alguien que estuvo ahí con Álvaro en esos tres títulos:

«Cuando juegas con un pelotero como Álvaro Espinoza, aguerrido, que tiene fractura en un dedo del pie, que es capaz de agarrar una silocaina, una inyección y ponérsela en el pie, no sólo te enseña de agresividad para jugar sino la fortaleza que tenía ese señor para jugar», Melvin Mora.

Tal vez eso también se lo pueda enseñar Álvaro a los jugadores de los filibusteros como manager, en especial a los jóvenes, incluso a los caballos y estrellas que ahora ganan tanto dinero, mientras tanto veremos si ese momento llega o no, pero lo cierto que ese tipo de jugador es muy difícil que se vuelva a ver con los marinos, por no escribir imposible.

Foto: Pelota Binaria.