Lunes 12 de marzo de 2018
Ciudad de México
José Alfredo Otero
ADN Magallanero
Con la duda del regreso de Adonis García, el retiro de Mario Lissón, las suspensiones de 25 juegos de Jesús Valdez y Josmil Pinto, más los cambios de Anthony Santander, Juan Apodaca, Samir Dueñez y José Tabata, sin duda la ofensiva de los Navegantes del Magallanes, para la campaña 2018-2019 de la Liga Venezolana Béisbol Profesional (LVBP), luce mermada de entrada en cuanto a batazos de larga distancia se refiere.
Al respecto imagino y supongo que la directiva, gerencia y presidencia turca se sigue moviendo en el mar de los cambios para tratar de traer bateadores de largo alcance al menos un derecho y un zurdo, se sabe que cerca del astillero de los eléctricos hay un par con esas características, incluso uno estuvo a punto de arribar al navegante en la 2016-2017, pero ya estaba Tabata en el jardín izquierdo bucanero, ahora el detalle ante la salida de José, es lo que piden por el jardinero o los jardineros, mínimo Luis Arraez y Deolis Guerra, a lo cual no han accedido antes los filibusteros.
En el pasado también sonaron para los marinos un paleador de las dos manos y par de zurdos de fuerza, incluso uno de los siniestros fue ofrecido a los piratas y fue rechazado y en lo particular no creo que su actual equipo los entregue tan fácil al menos que le den algo súper bueno, en especial para presente y futuro.
Otra opción que tienen los Navegantes es repatriar a Frank Díaz e intentar hacer lo mismo con Maximiliano Ramírez, aunque de este último como adelantó El Polizón, no va a Venezuela porque no le van a pagar lo que gana como importado en México.
También otra vía que tiene Magallanes es la importación y como también escribió El Polizón, los turcos tienen que contactar a Denis Phipps, repetir a Ricky Rodríguez y Dustin Martin, pero desde el inicio, de igual forma a otros extranjeros, especialmente de la Liga Mexicana de Béisbol, pero se sabe que los importados son una lotería. Y considero que todo el peso ofensivo no puede caer sobre Alberth Martínez, como considera uno de los polizones será. Luis Bandes, puede ser una alternativa ofensiva también.
Entre tanto desde su primera ratificación como manager de los turcos, Omar Malavé, pidió brazos abridores criollos y jugadores de velocidad para el juego agresivo, en principio le trajeron a Yangervis Solarte, José Peraza y Pedro Rodríguez. El primero no jugó, el segundo sí lo hizo, aunque poco, pero demostró su velocidad y el tercero no es iniciador, pero terminó siendo el cerrador en detrimento de Hassan Pena y ratificado desde ya por el cumanés para la 18-19, lo que podría dejarlo sin el mejor relevista del equipo en las últimas 4 campañas y en las 5 de la LVBP.
Una zafra después y con una nueva ratificación para el manejador y con el arribo hasta ahora de lanzadores abridores venezolanos: Yohan Pino, Henderson Álvarez y Wilfredo Boscán, más los jugadores Wuilmer Becerra, Jesús Alastre y José Gómez, quienes juntos con Alberth, Arraez, Rayder Ascanio, Luis Rengifo, Gyoskar Amaya y Yolberth Gideón pueden darle la velocidad que Malavé, desea y quiere desde hace 2 años y realizar el juego agresivo que prometió desde su primera ratificación en el timón eléctrico.
Mientras tanto a la espera de más cambios en el navegante, en especial en ofensiva, los anuncios de los importados, el inicio del acostumbrado mini camp, los entrenamientos oficiales, ver con quién se cuenta para el play ball de la 2018-2019, ya se verá si Malavé aplica el béisbol que ha pregonado ante los medios, si repite lo de diciembre de 2016 a enero de 2018 u opta por el béisbol pequeño, una especie de Omi Ball, al mejor estilo y referencia del Ozzie Ball, de Oswaldo Guillén, con los Medias Blancas de Chicago.