Viernes 25 de mayo de 2018
Ciudad de México
José Alfredo Otero
ADN Magallanero
Justo minutos antes de que el pana Darío Oñate Salazar, nos escribiera esto por Twitter: “Hermano 10 años de la muerte del caballo Géremi… Imagino que por ahí viene un artículo”, leí en la escrita red social que hace una década que murió Géremi González.
No tenía pensado escribir al respecto, pero recordé que la primera columna que escribí de ADN Magallanero, trataba en parte de Géreme, desde el título, la cual busqué, encontré y decidí publicar inspirado en lo escrito por Darío.
Además, de él también la magallanera Nayly Ávila, en su momento me escribió preguntando si había sacado Mis Ídolos Magallaneros: Géremi González. Si bien a Géremi sólo le faltó el campeonato como miembro definitivo de los Navegantes del Magallanes, dejó su huella en los turcos en las tres campañas que lanzó con los eléctricos.
El último recuerdo que tengo de Géremi, es en el estadio Universitario, cuando le hacía señas molesto a Alfredo Pedrique, desde el montículo, cuando el manager iba a rumbo a pedirle la bola, en una corta salida como abridor.
También recuerdo sus relevos con los bucaneros como cerrador como uno en Maracaibo, el 30 de noviembre de 2005, en juego que se fue a entradas extras y que se terminó ganado o al menos empatando si mal no recuerdo ni me equivoco con jonrón de Luke Scott, por el jardín central ante Yoel Hernández, luego de la salida del coach de pitcheo de las Águilas.
Lo recuerdo entre whiskys con mi tío Mario Martínez y algunos colegas celebrando haber aprobado la defensa de la tesis de la licenciatura universitaria, con la tradición que el tesista brindaba, invitaba y pagaba ese día.
Cómo olvidar su pelea con Ronny Cedeño e imaginar qué hubiese pasado si lanzaba en la etapa de Carlos García, y en especial en la final ante el eterno rival y porqué no en el bicampeonato 2012-2014, o hasta más allá, incluso si coincidía con Ronny como magallanero.
Como dice el tocayo José Luis Oviedo: Hace falta un lanzador como Géremi González, en el club house y dogout del Magallanes, lo cual es difícil de encontrar en estos tiempos.
Foto: MPBéisbolSM.
Ni en los 90 años ni por Géremi
La mala e inconstante temporada 2008-2009 de los Navegantes del Magallanes, no comenzó el 14/10/2008 sino en el mes de mayo del presente año, con la inesperada muerte de Géremi González, una baja más que sensible y nada fácil de reemplazar, ya que son pocos los lanzadores en el béisbol actual que pueden pasar de abrir a cerrar juegos de forma inmediata y constante como lo hacía González, tarea aún pendiente para la directiva turca.
Luego del duro golpe de Géremi y de las increíbles eliminaciones del round robin 05-06, final 06-07 y eliminatoria 07-08, se nombró a Nick Leyva manager para la 08-09 para sustituir al interino Clemente Álvarez, que desde mi humilde punto de vista debió dársele la oportunidad de dirigir a los eléctricos desde el vamos en la actual temporada, no sólo por lo mostrado en la campaña pasada, también por todo lo que representa para el Magallanes, aunque algunos colegas no estén de acuerdo y lo consideren sin experiencia para el cargo.
La experiencia de Leyva dirigiendo en la liga venezolana y sus palabras a su abordaje la nave, hacían presagiar un viaje hasta puerto seguro al menos hasta después de diciembre, pero los toques de bolas en demasía hasta con out, al igual que los boletos intencionales ilógicos, problemas con algunos peloteros, la marginación y no utilización de otros, el mal movimiento de la banca, el despido del coach de bateo sin razón numérica aparente, la pasividad en su juego y hasta la falta de suerte, fueron factores que junto con la errática defensa del equipo, el bajo rendimiento de la rotación de abridores y del pitcheo de cierre, llevaron la expedición del capitán Leyva hasta justo pasada la mitad del calendario para los navegantes.
A partir del 25/11/2008, el timón magallanero fue puesto en las manos de Edgar Alfonzo, si bien su experiencia como manager en el béisbol local con el antiguo Pastora de los Llanos no fue la mejor en cuanto a resultados se refiere, pero sus años como jugador en su eterno rival, los otros como técnico, la extra motivación de no solo dirigir al Magallanes sino también a su hermano e hijo y sentirse como en casa, los 30 juegos por disputar de los filibusteros, en los cuales debían jugar por encima de 500 y sumar 30 victorias o más según lo demuestra el formato con que se juega la LVBP desde la temporada pasada para garantizar el pase a la semifinal y las futuras incorporaciones al equipo, hacían pensar y ver que la decisión fue tomada en el momento justo y que no era descabellado aún pensar en la clasificación a pesar del récord de 14-19 para la fecha, la racha de 4 perdidos en fila para entonces y prácticamente con el último mes de justa encima.
Si bien es cierto que el inicio de la travesía de Alfonzo como capitán de la embarcación no se tradujo en victoria segura como falsamente dice un axioma del deporte y que llegó a acumular 0-3 antes de conseguir su primer triunfo, no es menos cierto que desde aquel primer juego en Barquisimeto frente a Cardenales de Lara se notó un cambió en la manera de dirigir y jugar con respecto a su predecesor, se vio un equipo más agresivo al igual que en las fechas siguientes y en el resto de la campaña, uno que despertó de su letargo ofensivo y mostró capacidad de reacción, como las del 28/11/2008 y adelante, mismo día del aniversario de la muerte de mi madre, furibunda magallanera, cuando con jonrón de Richard Hidalgo dejaron en el terreno a los Tigres de Aragua, lo que parecía inspirarlo a rumbo victorioso constante, lo cual lamentablemente no fue así para sus fanáticos, los de otros equipos, los del buen béisbol y la tradición, los que saben que no es ni nunca será lo mismo con el respeto del resto de los contrincantes de la liga, el round robin sin los Navegantes, al igual que sin los Leones, o peor aun sin ninguno de los dos como el año pasado.
La continuidad de una mala defensa, altamente aprovechada por los contrarios, al igual que problemas con el pitcheo abridor, el manejo y la actuación del pitcheo de cierre le costaron a Alfonzo y sus dirigidos, juegos que duelen perder y que te sacan de la clasificación, como el del 29/11/2008 ante Caribes, 11/12/2008 con Bravos, 19/12/2008 contra Cardenales y 22/12/2008 versus Leones, por mencionar algunos y sin contar los anteriores, cuando Edgar era el coach de banca. Partidos que dejaron hasta ayer, faltando una jornada, el récord de Alfonzo en 13-16, tres juegos por debajo de 500 y sin poder cumplir con lo necesario para avanzar de ronda de acuerdo a las cuentas desde que tuvo el equipo, y no se le está achacando toda la culpa o responsabilidad, más bien considero que merece la oportunidad de dirigir al barco desde la voz de play ball en el próximo octubre cuando se de inicio a la 2009-2010, teniendo a Clemente como mano derecha y prevenido al bate como posible emergente y no es que se espera que Edgar no rinda o falle. Aunque eso lo decidirá la gerencia eléctrica, la cual seguro desde anoche está sacando sus conclusiones de este campeonato, que falló por segundo año consecutivo, tanto en los 90 del equipo como en el de la muerte de Géremi, que se tiene para el siguiente y los apellidos Andrus, Arena, Blanco, Calero, Carrera, Chirinos, Colmenares, Cordido, Corona, Cortés, Cova, Díaz, Escalona, Estanga, Flores, Guerra, Guzmán, Hernández, Machí, Manríquez, Mejías, Merchán, Molina, Montero, Mújica, Muñoz, Ojeda, Quevedo, Ramírez, Romero, Salinas, Sánchez, Sandoval, Santeliz, Sutil, Vechionacci por nombrar algunos suenan a futuro, y los Alfonzo, Chávez, González, Hidalgo, Ordaz, Rivas, Serrano, Zambrano, entre otros, a experiencia y presente.
José Alfredo Otero.
