Viernes 12 de octubre de 2018
Ciudad de México
José Alfredo Otero / @jaoterom
ADN Magallanero / @ADNMagallanero
Desde que los Navegantes del Magallanes, anunciaron las adquisiciones vía cambio de Henderson Álvarez, Yohan Pino, Wilfredo Boscán y Alex Torres, incluso antes de que un año después se cumpliera lo que llamo aviso divino del señor literalmente del regreso de Carlos Zambrano, y desde la entrevista a Henderson, en la Ciudad de México, mi memoria magallanera navegó hasta la final de la campaña 96-97, cuando la rotación turca la conformaron nada más y nada menos que: Ramón García, Juan Francisco Castillo, Juan Carlos Pulido y Edgar Ramos.
De hecho estaba esperando este día para escribir al respecto, y aguantando no develarlo en los grupos magallaneros de Whatsapp, y hasta al profesor Carlos Abreu, que escribió en Twitter. Si bien de los eléctricos de los 90, sólo Pulido, arribó al navegante vía cambio como Carlos, Álvarez, Yohan, Wilfredo y el gato Torres (en su segunda vida con los bucaneros y quinta en la LVBP, y saben que dicen que no hay quinto malo), y sólo Ricardo, es firma original de los filibusteros como lo fueron en su momento Ramón, Juan, Edgar y el mismo Alexander, los de 2018, hacen imaginar, recordar y hasta soñar con el staff de iniciadores de hace 21 años, que de no ser por el sol caraqueño que iluminaba el Universitario cuando se jugaba los domingos al mediodía, como en el tercer juego de la instancia final 96-97, los marinos hubiesen barrido a su eterno rival sin desmeritarlos.
Si bien el éxito en las Grandes Ligas de los lanzadores piratas ha impedido que algo así se repita, y lo más cerca que estuvieron fue en la 2001-2002, con Rubén Quevedo y Johan Santana, sin contar a Géremi González (refuerzo), y en la 2012-2013, con Zambrano y Gustavo Chacín, solo a la mitad.
Desde antes de la temporada 2009-2010, la política de cambios en los Navegantes, se ha alzado con respecto al desarrollo de peloteros como en la década de los 90, para buscar ganar al corto plazo, pero en cuestión de picheo lo hecho hasta ahora en 2017, por la gerencia del Magallanes, encabezada por Roberto Ferrari, como Presidente de la Junta Administradora, supera en el papel a los movimientos de Pulido y Zambrano, y eso que se escribe un tricampeón y bicampeón con los turcos, y el Toro, aún activo, y el último as criollo de la rotación.
Ya se verá si los de 2018, pueden hacer lo mismo o superar a los del 94 al 97, Carlos Gardel, cantaba que 20 años no son nada y 21 menos, y en cuestión de números en los cuales creo, se verá si Sánchez luce el 35 como Juan Carlos o el 26 como Ramos, Boscán el 40 o 61 como García y Castillo, Torres el 35 como Pulido, porque el 21 está retirado en honor a Luis “Camaleón” García, aunque lo asocio y lo recuerdo a Johan de la 2001-2002, y sin incluir a Yohander Méndez, con el 97, y porque no a Félix Hernández, con el 34, y a Johan Santana con el 57, en la olas de regresos o en una ola de despedida como la última escena de “Punto de Quiebra”, sólo faltaría volver a subir al barco a Freddy García y Aníbal Sánchez, y que se sume Yusmeiro Petit, pero como soñar es gratis, se seguirá haciendo, pero desde el año pasado se soñó con lo de Zambrano y se dio, y en este se le preguntó a Henderson se le preguntó por el Toro y por el Rey, y aparecieron, y de igual forma a Zambrano por Álvarez, Félix y Johan, de igual forma salieron a la palestra. Porque Henderson y Carlos, usarán el 37 y 38, respectivamente, y quizás Pino el 39.
Así que soñare hasta que llegue como la canción de ViniloVersus, ya el Toro arribó, sólo falta Santana y Hernández, y lo que están ahora, como cantan los Amigos Invisbles: “Estoy es lo que hay”, emulen o superen a Pulido, García, Castillo y Ramos, en especial a los tres últimos que fueron bicampeones como Zambrano hasta ahora, porque si superan a Juan Carlos, significarían cuatro campeonatos más para los eléctricos, pero si se zarpa con el 13 de la buena suerte es una buena señal, y como canta Juanes, es un largo camino, pero le cambio la letra y escribo es el béisbol y el Magallanes la señal, pero es cuestión de canciones y temas, nada como: “Magallanes será campeón”; “No hay quien le gane al Magallanes”; “Magallanes para todo el mundo” y “Magallanes y Susana”, que espero suene enero en la CDMX, como hace cuatros años en Guatire, en Venezuela y de seguro en el resto del orbe con los magallaneros del mundo como dice Carlos Feo.
Pueden decirme optimista como Caloncho, come flor y soñador, lo admito y lo acepto, al igual que los sueños se cumplen, poco a poco, paso a paso, pasito a pasito, tarde, pero seguro, por lo cual nunca dejaré de soñar ni imaginar.
Foto: Prensa Magallanes.