Lunes 12 de noviembre de 2018
Ciudad de México
José Alfredo Otero / @jaoterom
ADN Magallanero / @ADNMagallanero
El último concepto que tengo de Omar Malavé, hasta ahora es que es un señor, y lo pude notar desde la primera vez que respondió a las solicitudes de entrevistas. Las expectativas desde que se cantó el play ball en la campaña 2018-2019, de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) hace un mes el 12 de octubre eran altas, en especial por lo cambios que se realizaron los Navegantes del Magallanes, para la misma, especialmente en los lanzadores abridores.
Y la travesía arrancó con lluvia literalmente desde el primer juego ante los Tigres de Aragua, y con un apagón a los tres días, desde entonces se preguntó ¿si están preparados para una temporada larga?, esa semana los turcos jugaron su única semana positiva hasta ahora en la zafra, que terminó con el primer jonrón de Moisés Gómez, ante los Tiburones de la Guaira.
Desde entonces los eléctricos han jugado de 4 y 2 a 2 y 4, las últimas tres semanas, hasta que la directiva navegante anunció la decisión del despido del oriental, algo que muchos esperaban desde enero de 2018, en especial desde sus decisiones en la serie de playoffs ante los Caribes de Anzoátegui, al no emerger Alberth Martínez por Dustin Martin, quien no jugaba desde el 13 de diciembre de 2017, y al no bolear intencionalmente a Luis Jiménez, en el cuarto juego, para enfrentar a Tomás Telis, a la zurda con en toda la serie hasta ese momento.
Los casos de Jesús Valdez y de Hassan Pena, especialmente el de último también pico el mar antes de comenzar la navegación en el actual concurso.
De acuerdo con un beisbolista de los filibusteros Omar es un manager que le da confianza a los peloteros y los deja jugar tranquilo, y en la 2016-2017, se quedó a un juego de la clasificación a pesar de que le dieron el timón a principios de diciembre de 2016, y lucían como imparables después de barrer a los Bravos de Margarita del 20 al 22 de diciembre.
Malavé pasó su informe y pidió rejuvenecer el equipo y velocidad, se la dieron a media, aplicó rotaciones y le funcionaron hasta el 22 de diciembre de 2017, con las bajas de Adonis García y las lesiones de Andrés Eloy Blanco y José Tabata, más un picheo abridor que no completaba cinco actos, con todo y eso arribaron a semifinales.
Para este año le dieron la confianza desde temprano al ratificarlo, le trajeron abridores criollos, misma que sólo duró cinco semanas, dicen que no hay quinto malo, ya lo veremos, mientras tanto la pregunta qué me hago es por qué lo ratificaron, una crónica de un despido anunciado o lo vieron mal como mala ve.
Considero que el de Cumaná pudo haber estructurado mejor la alineación, manejado mejor el picheo y haber intentado más jugadas, pero con la actual defensa de los marinos y el bateo pirata era complicado mantener el ritmo ganador de la segunda semana.
Una decisión que sonaba desde el fin de semana pasado, para algunos a tiempo, para otros tardía, algo que no es muy común en los Navegantes, y ya se escribirá al respecto.
Foto: Prensa Magallanes.