Viernes 1 de febrero de 2019
Ciudad de México
José Alfredo Otero / @jaoterom
ADN Magallanero / @adnmagallanero
El 1 de febrero de 1996, fecha en la cual tradicionalmente arranca la Serie del Caribe, los Navegantes del Magallanes, arribaron al estadio Antonio Herrera Gutiérrez, el nido de los Cardenales de Lara, para jugar el séptimo partido de la final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).
La noche anterior los turcos habían apaleado 12-1 a los pájaros rojos en su hogar, donde en la campaña 95-96, había sido prácticamente invencibles, gracias a dos jonrones del inspirado José Francisco Malavé, y lanzamientos de Juan Francisco Castillo.
Los eléctricos no sólo venían de caerle a palos a los lareneses sino de empatar la serie a tres juegos ganados por bando, después de estar 1-3 abajo en la misma, e incluso 7-4 abajo en el marcador en el quinto juego, hasta que apareció la fuerza de Malavé.
Recuerdo perfectamente a mi tía Aleyda decir en la cocina del apartamento de mi abuela Placida en la Salle, donde vimos el juego: «Guarden carreras para mañana».
Y el navegante guardó tres para el primer acto del séptimo partido, que serían suficientes, para cumplir las palabras proféticas de Don Gregorio Machado antes de aquel quinto partido cuando comentó «Vamos a recuperar el campeonato».
Aún recuerdo el deslizamiento de Melvin Mora en el primer capítulo de aquel partido para anotar una carrera donde Juan Querecuto, se lesionó, pero siguió jugando, de igual forma los siete ceros de Juan Carlos Pulido, quien abrió el partido y quien también cumplió con el pensamiento profético de Delio Amado León, quien mencionó tras el jonrón de Malavé en quinto juego de la serie que pensaba en Pulido, para un séptimo juego.
Qué escribir del relevo del cerrador Dave Evans, desde el octavo episodio en auxilio de Óscar Manacho Henríquez y del mismoMelvin, a quien se le cayó un fly fácil y las palabras que le dijo Álvaro Espinoza, que no fuero precisamente: Tu eres el mejor del mundo, como comentó Mora, después del partido.
Qué escribir del descontrol de Evans en la baja del noveno y de como apretó el brazo para salvar el partido y el campeonato. Y de cómo Álvaro le mandó a quitar las franelas de campeones mientras Dave estaba en problemas, lo que siempre me recuerda el tocayo José Carreño.
Y qué escribir de la sentencia de Roberto Musulungo Herrera, de que
Shannon Stewart, pasó el bate para poncharse y el Magallanes fuese campeón por octava vez en su historia.
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Una publicación compartida de ADN Magallanero (@adnmagallanero) el 25 Nov, 2017 a las 6:00 PST
Desde ahí sin duda el famoso Magallanes de los 90, escribió su historia que terminó de hacer al año siguiente, y en lo particular me hizo creer que puede salir a flote de cualquier naufragio.
Foto: Youtube.