Carlos García
Nació: 15-10-1967 en Ciudad Bolívar, Bolívar.
Fue una figura estelar de los filibusteros en los años noventa. Tras su firma en 1987 se apoderó rápidamente del campocorto en un roster lleno de grandes infielders. Inolvidable ha resultado su papel protagónico en la primera final contra el Caracas en 1994, cuando en el sexto juego de la serie anotó la carrera que dejó en el terreno al eterno rival y dio el triunfo 1 por 0, forzando a un séptimo encuentro donde Magallanes ganó su séptimo título. García, bateó para .444 puntos de promedio en esos siete choques. «El Almirante» tuvo una excelente participación en las Grandes Ligas durante 10 años. Destacó su figura en la elección del «Novato del Año» en 1993 y su participación en el «Juego de Estrellas» de 1994.
A partir de la temporada de 2009-10, Carlos García asumió el mando como mánager de Magallanes. Ha asumido ese cargo por ocho campañas y en su primer año condujo al equipo a 41 triunfos (cifra que significó una marca para la franquicia y que le valió ser designado “Manager del Año”). En la campaña 2013-14 condujo a los bucaneros a su título número doce.
Exaltado el 20 de diciembre de 2015.
(https://www.magallanesbbc.com.ve/salon.php)
Una de las figuras más importantes del Magallanes de finales de la década de los años 80 y principios de los 90, este campocorto y segunda base fue determinante en el éxito obtenido por el equipo en aquella época. Su entrega, carácter y agresividad en el terreno de juego lo convirtieron en líder de la divisa, por lo que pronto fue bautizado como el “Almirante”. Estuvo con el club durante 9 campañas (entre la 86-87 y la 97- 98), en las cuales dejó promedio de .289 en 251 juegos, con 116 impulsadas y 135 anotadas.
Su aporte fue fundamental para la obtención del título en la temporada 1993-94, cuando en una emotiva batalla de 7 duelos, Magallanes venció a los Leones del Caracas en la final. Es también uno de los estrategas que más veces ha dirigido a los Navegantes, llevando al equipo al campeonato en la temporada 2013-14 y siendo distinguido como “Mánager del Año” en la campaña 2009-10 (Navegantes del Magallanes Guía de Medios).
El Almirante que faltaba
Se jugaba el cierre del noveno inning del sexto encuentro de la final 93-94, cuando Carlos García llegó al plato para enfrentar a Urbano Lugo con plena conciencia de todo lo que estaba en juego para Magallanes. Con el marcador 0 a 0 y la serie 3-2 a favor de los Leones, el infielder guayanés sabía que cualquier resbalón los llevaría a ver a sus eternos rivales celebrar en sus caras la llegada de otro título, al mismo tiempo que los locales sumarían una nueva frustración en medio de una larga sequía sin campeonatos. Pero García era un pelotero hecho a la medida para ese tipo de momentos. Solo unos minutos después, el camarero era rodeado jubilosamente por sus compañeros, tras conectar doble entre right y center, moverse a tercera en agresiva jugada de pisa y corre, y meterse luego al plato con elevado del emergente Andrés Espinoza que puso el 1-0 en la pizarra y extendió la serie a un séptimo duelo.
Ese episodio, la manera cómo corrió para colocarse en posición anotadora con su batazo y luego echó a andar para avanzar a la antesala y seguidamente hacer score con elevados no muy profundos, refleja claramente la clase de pelotero que era García, su instinto, arrojo y personalidad, así como lo que significó para los Navegantes.
Esa manera de jugar al béisbol que enseñó siempre, fue uno de los principales aportes de esta figura para que la nave moldeara el carácter que la acompañó en la exitosa década de los 90. El debut de García con Magallanes se había producido en la temporada 86-87, pero realmente fue en la 89-90, cuando siendo un pelotero ya mucho más curtido y que estaba a las puertas de las Grandes Ligas, que su presencia comenzó a sentirse de manera muy particular en el clubhouse y en el terreno.
Magallanes necesitaba de líderes para aprender a ganar y García se convirtió en uno de ellos, en el Almirante que faltaba en la tripulación para terminar de construir un equipo victorioso. Una evidente prueba de lo anterior ocurrió en la justa 92-93, cuando el nativo de Ciudad Bolívar encontró a su club en el sótano con marca de 6 y 14 al momento de incorporarse al line up. Sin embargo, de ahí en adelante el ya grandeliga trazó la travesía que llevaría al barco valenciano hasta su primera final en 14 años y a partir de entonces sería siempre el Almirante García (Navegantes del Magallanes La Travesía).
Álvaro Espinoza
Nació: 19-02-1962 en Valencia, Carabobo.
Es un referente del Magallanes por su calidad entrega y amor por el béisbol. Logró tres campeonatos en los años noventa, vino al equipo en 1992 y coincidió con el buen momento de jóvenes como Carlos García, Edgardo Alfonzo, Eddy Díaz, Richard Hidalgo, Melvin Mora, Juan Carlos Pulido; así como la llegada de Raúl Marcano, Oscar Azocar y Luís Raven, quienes conformaron uno de los mejores equipos de la época.
En su año de estreno con la nave bateó para .318 y llevó al conjunto filibustero a la primera final contra los Leones del Caracas, siendo esta una de las series más electrizantes de los últimos años y que se decidió en siete juegos. Ahí Magallanes alcanzó su séptimo título. En la temporada de 1995-96, llegó a mitad de campaña, pero fue suficiente para ayudar al equipo con un promedio de .374.
Magallanes clasificó por séptima vez consecutiva y en la final se deshizo de Cardenales en seis juegos y conquistar su octavo título. La zafra 96-97 fue una copia al carbón. Álvaro participó en 32 juegos y con un Magallanes clasificado en el primer lugar bateó .359 en la Semi-Final, repitiendo el título ante su ancestral rival. En esta ocasión la nave necesitó sólo de cinco encuentros para derrotar por segunda vez al Caracas en una final.
Exaltado el 20 de diciembre de 2015.
(https://www.magallanesbbc.com.ve/salon.php).
El éxito del Magallanes en los años 90 está estrechamente relacionado a la llegada al equipo de este aguerrido jugador, símbolo de entrega y amor por la camiseta. Fino defensor del campocorto, este valenciano fue uno de los artífices de los campeonatos obtenidos en las temporadas 1993-94, 1995-96 y 1996-97, en los cuales no solo contribuyó con su solvencia en la posición número 6 y su oportuno bate, sino también con su innegable liderazgo, elemento que fue decisivo para moldear el carácter de una divisa que se sabía capaz de vencer a cualquier rival.
El mejor ejemplo de su pundonor lo dio en la final 95-96 frente a Cardenales: una fractura del dedo pequeño de su pie derecho, que hubiera apartado del terreno a cualquier otro, no le impidió salir a coronar la reacción de su equipo para conquistar el campeonato. Solo fueron cinco temporadas con la divisa, pero ese tiempo fue más que suficiente para dejar su nombre grabado en un lugar muy especial dentro de la historia magallanera (Navegantes del Magallanes Guía de Medios).
Guerrero y líder del Magallanes Luego del sexto juego de la final 95-96 contra Cardenales, el mánager Gregorio Machado fue a ver Álvaro Espinoza a su habitación en el hotel en Barquisimeto, preocupado por el estado del campocorto y líder indiscutido en el terreno de juego. Al ver su pie, el viejo técnico de la nave le dijo: -Tú no puedes jugar mañana, Álvaro. Pero el jugador ripostó enseguida. -Claro que voy a jugar, como sea, pero a mí nada me saca del line up y menos de un juego decisivo como el de mañana. Al día siguiente, el pelotero de La Michelena llegó muy temprano al parque “Antonio Herrera Gutiérrez” y enseguida buscó a Freddy Urdaneta para que el trainer de los Navegantes lo ayudara a hallar la fórmula que le permitiera jugar, pese a tener fracturados dos dedos de uno de sus pies.
Después de pensar en muchas opciones, al final el shortstop y “Tajadita” idearon romper el zapato en la punta con el fin de que el jugador tuviera un respiro y pudiera aliviar el dolor. Y así, contra todo pronóstico, Espinoza salió al terreno de juego a buscar la gloria para su equipo en el séptimo juego de una reñida batalla, siendo protagonista estelar del histórico regreso de una divisa que tres días antes parecía muerta, pero que salió del coma para levantarse y dejar a su rival con la champaña fría.
Y no era la primera vez que lo hacía. Dos años antes, en su primera incursión con la nave, Espinoza jugó el séptimo juego de la final frente al Caracas con fiebre, producto de una amigdalitis. Como él mismo dijo en aquella ocasión: “Ni matándome me sacaban de la alineación” Más allá de su sólida defensa en la posición número 6, más allá de su oportuno bateo, fue ese carácter, ese don de guerrero y líder, ese temple y su innegable, confeso y público amor por el Magallanes, la gran contribución de Espinoza a una divisa que marcó una era dorada en los años 90.
La presencia en el clubhouse del valenciano fue vital para cambiar la identidad, la personalidad y el carácter de un club que necesitaba líderes para aprender a ganar, para saberse capaz de derrotar a cualquier rival que le pusieran al frente, para construir un ego gigante que le permitiera enfrentar cualquier reto. No en balde, fueron tres títulos en cuatro años para la nave magallanera con Álvaro como su shortstop y principal cacique (Navegantes del Magallanes La Travesía).
Alfredo Guadarrama
Nació: 12-03-1939 en Los Taques, estado Falcón.
Murió: 05-09-2019 en Valencia, estado Carabobo.
Es una pieza vital en la narración de la historia reciente del cuadro filibustero. Miembro de la directiva bucanera desde 1969. Como presidente de la Junta Administradora motorizó la modernización de la Fundación en lo deportivo, comunicacional y gerencial. Logró la firma de peloteros que aún hoy le dan lustre al Magallanes como Johan Santana, Carlos Enríque Hernández y Endy Chávez. Además, firmó figuras como Luis Rivas, Wilfredo Rodríguez, Freddy García, Richard Paz y César Bolívar. Durante su gestión al frente del equipo, los turcos clasificaron a la postemporada en cada año; además le brindó a la fanaticada los campeonatos de 1993-94; 1995-96 y 1996-97.
Su trabajo dentro de la divisa incluyó ser el delegado del Magallanes ante la Liga y Contralor del Consejo Directivo de la Fundación Magallanes de Carabobo.
Exaltado el 20 de Diciembre de 2015.
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Pocos ejecutivos del béisbol venezolano exhiben una trayectoria tan exitosa como este economista que presidió al Magallanes entre 1992 y 1999, época pletórica de triunfos para los Navegantes en el terreno de juego y de innegable crecimiento como organización. Campeón en 3 ocasiones, fue bajo su mandato que la nave regresó a la senda victoriosa después de 14 años sin obtener el gallardete, al derrotar al Caracas en la final 93-94, para luego repetir el título en las temporadas 95-96 y 96-97, venciendo a Cardenales y Leones, respectivamente.
También bajo su égida, Magallanes firmó y desarrolló una inolvidable generación de peloteros criollos que fueron la base del éxito obtenido, al mismo tiempo que consolidaba su estructura organizativa y financiera. Además de presidente, ejerció los cargos de tesorero y vicepresidente de la Junta Administradora, involucrándose con el club desde su llegada a Valencia en 1969 (Navegantes del Magallanes Guía de Medios).
Para Alfredo Guadarrama no existía la palabra descanso, si se trataba de trabajar para ver al Magallanes ganando juegos de pelota. En su vocabulario tampoco tenían cabida los términos rendición y derrota, pues este ejecutivo que presidió a los Navegantes entre 1992 y el 99, solo pensaba en ganar y en encontrar las fórmulas que le permitieran a su equipo crecer dentro y fuera del terreno. Y vaya que lo consiguió.
Vinculado a la divisa desde su arribó a la ciudad de Valencia en 1969, anteriormente había ocupado varios cargos dentro de la Junta Administradora, de la cual fue tesorero y vicepresidente, hasta que en 1992 dio inicio como jerarca principal a uno de los períodos más exitosos en la historia de la escuadra. Bajo su dirección, la popular divisa se reencontró con el exquisito aroma del triunfo, aquel que emanaba por todos los rincones del país con la copa de campeón levantada en las temporadas 93-94, 95-96 y 96-97.
Fue también una etapa en la que Magallanes se convirtió en la envidia de la liga gracias a su brillante generación de jugadores criollos, que hizo del club una potencia y que llevó a los importados a ser figuras de complemento y no los actores estelares del pasado. Pero Guadarrama no se conformaba solamente con triunfos en lo deportivo y fue por eso que este economista se empeñó en hacer de Magallanes una organización modelo, logrando modernizar su estructura desde los puntos de vista financiero, logístico y corporativo.
Su labor al frente del Magallanes quedó plasmada para siempre al ser exaltado al Salón de la Fama del club en 2015, cuando también fueron inmortalizados dos de sus principales aliados en el éxito del equipo: Carlos García y Álvaro Espinoza (Navegantes del Magallanes La Travesía).
José Alfredo Otero (@JAOteroM / ADN Magallanero @ADNMagallanero).
Crédito de la foto: Mauricio Centeno.
Mis ídolos magallaneros: Carlos García
Magallanes significó el horizonte de mi futuro: García
Mis ídolos magallaneros: Álvaro Espinoza
Ni siquiera una llamada me han dado, para decirme el por qué: Espinoza
Claves de la clasificación del Magallanes al round robin
Renato Núñez el nuevo slugger criollo del Magallanes
Alberth Martínez el jonronero humilde, sacrificado y silencioso del Magallanes
Los muchachos van a ser la luz del Magallanes en muchos años: Ramón Borrego
Magallanes ha engranado un bullpen que nos lleva al largo plazo: Darwin Marrero
Magallanes está para grandes cosas: Junior Guerra
No tengo presión por el Novato del Año: Luis Suisbel
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