Jueves 12 de octubre de 2017.
Ciudad de México.
José Alfredo Otero.
ADN Magallanero.
Karla Vegas, ex recoge pelota de los Navegantes del Magallanes, por la raya del jardín izquierdo, desde la campaña 2012-2013 hasta la 2016-2017 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), para esta temporada emigró desde San Joaquín, tierra de beisbol, de donde recuerdo salieron los hermanos Estrada (Asdrubal y Horacio, ambos jugaron con los turcos), en el estado Carabobo en Venezuela y Karla, no fue la excepción, a Antofagasta, Chile, donde en el exilio voluntario, no tiene como ver los juegos de los eléctricos, pero los sigue por la red social Instagram.
Vegas trabajó con el navegante hasta el año pasado, pero lamentablemente se tuvo que ir tal cual como dice la canción de los Adolescentes, Personal Ideal.
Esta niña, una de las que calentaba con Mario Lisson, antes de los partidos, juega el campo corto en tierras australes, para no dejar de hacer lo que le gusta, país donde el béisbol y el sóftbol están empezando a crecer, a lo cual Vegas puede ayudar sin duda poco a poco como tiene en sus planes, aunque es consciente que el deporte principal allá es el fútbol, el cual debe ser asunto delicado en estos momento por allá por la no clasificación de la selección a la Copa del Mundo Rusia 2018.
La negra como la conocen en el estadio José Bernardo Pérez, de Valencia, el puerto magallanero, recuerda como comenzó su travesía con los bucaneros «la selección de béisbol femenina (del estado Carabobo) entrenaba en el José Bernardo, mucho antes que arrancará la temporada porque se acercaba un nacional femenino en el estado Lara y de ahí es que nace la idea de que hubiesen recoge pelota femeninas y claro más que todo porque sabemos de béisbol, entonces fuimos seleccionadas las tres mejores para trabajar con los Navegantes del Magallanes».
Para Karla, Juan Apodaca, José Tabata, Ronny Cedeño, Jesús Sucre, Mario Lisson y Adonis García, son demasiado especiales, al cabo que los considera y siente como sus hermanos mayores.
Vegas, también rememora que antes de cada juego ella era la chica, quien soltaba con Adonis y Ronny.
La femina, quien hasta la zafra anterior, cuidadaba a los aficionados, fanáticos y peloteros de ser impactados por un batazo de foul, era una de las afortunadas en un mundo mayormente de hombres de tener acceso en todo el club house magallanero, lugar que en Venezuela, parece un recinto sagrado o un local con el cártel de se reserva el derecho de admisión.
Karla, confiesa: antes era la fanatica Número uno del equipo y luego, cuando empecé a trabajar con ellos me sentía parte de la familia magallanera. Tristemente tuve que salir del país como muchos, para tener un mejor futuro y créeme echo de menos el estadio, las oficinas, el personal a los peloteros todo absolutamente todo. Me imagino que ellos tambien me echan de menos, ya que trabajaba siempre con una alegría enorme. Trabajar con tantos hombres de verdad muy respetuosos, nos tratábamos como hermanos éramos o somos mejor dicho una familia porque todavía seguimos en contacto y queda ese cariño enorme, están pendiente de mi y es importante porque queda ese cariño.
Mientras tanto Vegas, sigue trabajando y jugando, aunque primero lo primero, como ella dice, tal cual como la canción de Menudo. Y luciendo en su trabajo la franela de práctica de los filibusteros, ojalá sus labores, el béisbol o sóftbol la lleven a la region chilena de Magallanes, para que Karla, vuelva a sentirse como en casa al menos con el nombre del sitio.