Miércoles 22 de noviembre de 2017
Ciudad de México
José Alfredo Otero
ADN Magallanero
Corría la eliminatoria de la campaña 95-96 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), cuando vía a la salida, desde la antigua preferencia de la derecha del estadio Universitario, tras un encuentro como el de hoy ante el eterno rival, pasé, con mi papá por la entrada que da entrada y salida al club de visitante y nos detuvimos como de costumbre, para esperar, saludar y conversar, con Clemente Álvarez y entre el tumulto de fanáticos que rodeaban el acceso, ya oscuro, por el apagado de las torres de electricidad del parque universitario, salió Alejandro Freire, el gallego caraqueño, como le dicen por sus orígenes, en especial el de su padre, quien lo esperaba, ante el asedio de los fanáticos, en especial de las féminas.
También recuerdo le pedí a Alejandro, que me autografiara una gorra de los Medias Rojas de Boston, equipo del cual no soy aficionado, ni siquiera seguidor, pero ni de cerca como de los Navegantes del Magallanes, pero fue un regalo de mi primo-padrino Luis Gerardo Hernández, quien a estas horas transita hacia el exilio voluntario, por la cual me la ponía, lucía y era especial, la rúbrica de Freire, acompañada con el número 27, la tuve al igual que la cachucha, hasta que me la robaron en el Metro de Caracas, espero el ladrón, la haya apreciado y bien utilizado y aún la conserve, porque quizá no sabía de quién era la firma y el valor histórico y sentimental que tendría la misma, tan solo meses después, cuando el beisbolista, fuese incluido por Gregorio Machado, en la tripulación titular turca en plena final de temporada en la zafra de novato de jugador y el pelotero no defraudó en aquella inolvidable etapa decisiva ante los Cardenales Lara.
Y tampoco lo hizo en el siguiente torneo, cuando, con dos batazos, se ganó mi idolatría, un hit ante Ugueth Urbina, para darle un triunfo a los eléctricos ante los Leones del Caracas, en la fase regular y que escribir del jonrón conectado a Omar Dall, también de los melenudos, pero donde más vale, en el primer juego de la final de la campaña 96-97, para romper el empate a uno, en la baja del octavo y darle la victoria al navegante y a Ramón García, para empezar a enrumbar lo que a la postre sería la travesía en esa serie.
https://www.youtube.com/watch?v=mN0ZO1l81LM
Si bien el toletero fue cambiado de los bucaneros dos zafras después a los Caribes de Oriente por Robert Machado, considero que fue clave en dos de los tres campeonatos que ganaron los filibusteros en los años 90. Alejandro, usaba el 27, con los marinos, número que especial, para mí por ser el día de mi nacimiento. Con Freire, no he podido reencontrarme desde aquel entonces, en especial en nuestras nuevas facetas, el mes pasado, tuvimos una interacción, por la red social Instagram, con respecto al recuerdo de su debut, con los Piratas y su participación en dichas instancias decisivas, a lo cual el actual scout, escribió: que buenos recuerdos y orgulloso de haber sido parte de esos equipos. Tal vez la próxima vez que no encontremos, seguramente sea en un estadio de béisbol de nuevo o con algo asociado al deporte del bate, guante y pelota y quizá la firma del ex jugador sea en algún libro de los Navegantes del Magallanes, en una gorra de algún equipo de las Grandes Ligas, la cual espero no corra la misma suerte que la de los patirrojos o la de los Mets de Nueva York, que también me quitaron en un medio de transporte caraqueño, pero en el terminal de Nuevo Circo, ante de arrancar a Puerto la Cruz, precisamente a ver un juego de los turcos ante los aborígenes o en un contrato de un jugador firmado, mientras tanto, con el favor de Dios y si lo quiere, seguiremos ligados a este deporte y a los recuerdos.
Foto: Pelota Binaria.